jueves, 29 de noviembre de 2012


Hablando de Métodos... 

Hoy quiero interpretar según lo que he visto (según mi realidad) cuál es el método curricular que sigue nuestra profesora Almudena para impartir clases de Didáctica. 
Aunque lo tuviera claro desde que se planteó la pregunta, Almudena siempre nos recomienda que vayamos descartando modelos uno a uno así que he empezado leyéndolos, analizándolos y descartándolos.
Descarto totalmente el modelo academicista porque nuestra asignatura no se centra solo en el SABER, sino que aparte de las clases magistrales, utilizamos otra serie de recursos didácticos, entre ellos este Blog. La evaluación no es una reproducción de los contenidos de memoria sino que consiste en un fluyo ininterrumpido de información que aprendemos durante todo el año y transmitimos a través de los Blog y las actividades de las Enseñanzas Prácticas. Los recursos, aunque se den con apoyo tecnológico, no dependen solo del conocimiento que nos imparte el formador, sino de la propia visión que deberíamos tener sobre cualquier realidad. Este queda descartado. 

Luego viene el modelo conductista, que también elimino porque este se centra en educar y reducar conductas, cosa que se podría realizar con mayor éxito en otro contexto con personas que lo necesiten para mejorar su vida. Nosotros, los discentes, no somos homogéneos ni tenemos características ni expectativas iguales. Cada discente venimos de un contexto distinto, tenemos edades diferentes y objetivos varios. El aprendizaje no es reprogramado porque la metodología de la asignatura no consiste en el empleo de recursos para llegar a una respuesta adecuada. Cada respuesta varía en función de cada discente porque cada persona ve la realidad de una manera diferente, y Almudena hace constancia de ello cuando dice que no hay verdades absolutas. El objetivo no es cambiar una conducta, sino interiorizar qué es la Didáctica para cada uno de nosotros y que de que forma la utilizaríamos como futuros profesionales. La evaluación no se centra en el control, se centra en el aprendizaje que cada uno de nosotros hemos adquirido y mostrado a través de este Blog. El formador no estimula a través de refuerzos o castigos, sino de motivaciones. ¡Uno menos!

A continuación, uno de los dos pilares que a mi parecer conforman el modelo de Almudena: El modelo Humanista. Se dan todos los elementos del currículo propios de este modelo: grupos destinatarios, objetivos, contenidos, metodología, recursos, evaluación y formador. Los grupos destinatarios no son el eje curricular, pero si un conjunto de individuos con un tratamiento personal e individual. Coincido en que es difícil hablar de igualdad si no le ponemos el apellido ‘’de oportunidades’’. Cada discente tenemos un trato individual, en función de nuestro trabajo tanto en el Blog, como en la participación en clase.
Los objetivos se centran en el desarrollo de valores y actitudes personales. Los contenidos, aparte de tener un cierto grado informativo (SABER) también se centran en el SABER HACER. La metodología se centra en dinámicas de grupo donde existe una comunicación bidireccional, es decir, comunicación de entre el docente y el discente, y un alto aporte de autoestima y motivación para preparar al alumnado a trabajar fuera del aula (en nuestro caso con el Blog). Entre los recursos están los elaborados por los educandos. El formador se centra en dinámicas que motiven y es un buen comunicador para mantener esa atención y motivación.

Ahora analizamos el modelo cognitivista o también llamado constructivismo. Este se centra exclusivamente en los procesos mentales y en el desarrollo psicológico propio de cada edad. Sería muy difícil aplicar este método por la variedad de edades que nos encontramos en los discentes. Los grupos destinatarios, por tanto, no corresponderían con los discentes de nuestra clase de primero de Didáctica. Debido a esto, sería complicado conseguir los objetivos y los contenidos deberían ser diferentes para cada grupo de edad. La metodología tampoco concuerda con nuestro caso ya que, en el modelo cognitivista, los contenidos se reparten de los más sencillo a lo complejo. En nuestra clase, Almudena nos puso un contenido bastante difícil en los primeros días de clase, con el objetivo de mantenernos motivados cuando nos encontráramos con cosas más sencillas. 

Por último, y como segundo pilar del modelo de Almudena, el Sociocrítico. Debido a la importancia que tiene la realidad presente y los continuos cambios sociales es necesario que exista esa preocupación por la realidad. Es necesario ese espíritu de concienciación que, junto con la mirada crítica, debe imperar en la adquisición de los conocimientos. El formador nos presenta el entorno como punto de mira de la transformación. Se desarrolla una metodología grupal donde la comunicación es multidireccional, es decir, los discentes se comunican entre ellos, dando lugar a debates. Este quizás sería el gran modelo de la asignatura de Didáctica para la Educación Social, concretamente en nuestra carrera universitaria. Considero que se encuentra en contacto con el modelo Humanista porque los elementos del currículo se van complementando, aunque el límite entre uno y otro esté difuso.

martes, 6 de noviembre de 2012


PARADIGMAS PEDAGÓGICOS: 

Terminado el análisis del paradigma positivista o cuantitativo en una entrada anterior, analizaremos en esta ocasión el paradigma cualitativo, aquel que se basa en las cualidades específicas. Nos encontramos con varios modelos designados dentro del paradigma cualitativo, cuyas características expondremos a continuación. 

Paradigma Interpretativo: 

También llamado ‘’Práctico’’, ’’ Comunicativo’’, ‘’Fenomenológico’’ o ‘’Humanista’’, entre otros...Principalmente se concibe la escuela como una cultura más que se puede examinar por procedimientos etnográficos. Surge a principios de los sesenta pero no reaparece hasta los ochenta y noventa. Concretamente, en España se dio como un proceso de distanciamiento científico que usaba el positivismo y anulaba la comprensión compleja de la educación.

Las características fundamentales de este enfoque se centran en la validez limitada de la ciencia para investigar y analizar procesos educativos. El paradigma positivista es más válido para el sistema de las Ciencias de la Naturaleza que para la Educación. Esto se debe a que en el ámbito educativo las cuestiones cualitativas se reflejan con mayor acierto que las cuantitativas, debido a su objetividad. Para solucionar esto el método cualitativo propone unas claves: adecuación metodológica debido al contexto de cada individuo, una utilidad situada lejos de la generalización, la comprensión de fenómenos o la acción transformadora del método en función de las necesidades.
La teoría cualitativa no ampara la pretensión de controlar lo incontrolable en la educación debido a su corta historia de investigación. Por tanto, la ilusión de una regularidad metodológica induce al caos.
Nos encontramos ante una defensa de la subjetividad individual, derivada de las variables no medibles ni susceptibles de experimentación como son las creencias, necesidades, egos, prejuicios…de los individuos.
En las aulas, la educación se hace a sí misma por la relación dialéctica entre teoría y praxis (retroalimentadas).
En otros contextos donde se da un conocimiento pedagógico se construye una espiral perfectiva creada a partir de los contextos particulares.
Por otro lado, el investigador se encarga de comprender e interpretar significados y acciones, sin experimentar ni alterarlos. Dentro de la investigación participante (roles), este puede utilizar otros métodos como la observación sistemática o asistemática mediante entrevistas de carácter formal o informal, el diario de narración, el cuaderno de campo, etc. Los sesgos personales deben avisarse previamente para solucionarlos junto a los interlocutores. 
El diseño de la investigación no se planteará previamente como un sistema cerrado sino que se podrá ir modificando conforme evolucione la investigación. En el ámbito pedagógico el diseño de investigación se puede centrar en: la acción docente, los valores compartidos, las actitudes, las interacciones, la motivación, etc. Para todos estos casos, se requiere dos habilidades: saber escuchar vinculándose con el sujeto y ser capaz de penetrar la mente humana.

Debilidades: 

Ciertos objetos de investigación son mejor abordables por el planteamiento positivista, mientras que otros, a favor de la perspectiva interpretativa.
Observar el contexto con objetividad y amplitud puede provocar validez limitada a los diseños de investigación.
La no replicación incluye poca fiabilidad.
Posibles riesgos interpretativos o riesgo de subjetivismo deformador.
Por tanto, nos encontramos con una debilidad general apoyada en lo anterior; el éxito de este enfoque se debe más a su comparación con el positivismo que a su propia teoría.

Fortalezas: 

La emancipación con la ciencia entre las aportaciones de otros investigadores fuera del ámbito escolar y la acción de los docentes.
El cambio de rol docente de ejecutor a profesional práctico-reflexivo, lo que implica ampliar la responsabilidad.
La posibilidad de desarrollar culturas escolares autógenas, es decir, que se originan a sí mismas en un sistema coherente de actitudes, motivaciones, intereses, etc.
Los docentes y las comunidades docentes son constructores y practicantes de su propia teoría, por lo que los investigadores ajenos adoptan un rol secundario.
  
  

Paradigma Sociocrítico:
También llamado ‘’Critico’’, ’’Sociopolítico’’, ‘’Democrático’’, ‘’Orientado a la acción’’, ‘’Comprometido socialmente’’, etc.

Su origen lo encontramos en la Alemania tras la 2ª Guerra Mundial en el intento de ampliar y generalizar la eficacia  de las Ciencias Sociales en la educación. Su objetivo es transformar la estructura de las relaciones sociales para dar el sentido más pleno a la acción educativa: fomentando la capacidad de resolver problemas de forma evolutiva.

El paradigma sociocrítico no ha pretendido tener un discurso unificado, pero entre sus rasgos comunes nos encontramos con: 
Pretende construir una ciencia sociales ni solamente empírica ni puramente interpretativa, pues todo lo socialmente construido incluye opciones de valor.
Su objeto de análisis es desarrollar una lectura política de las relaciones entre escuela, educación, enseñanza y sociedad, teniendo en cuenta los condicionantes económicos y políticos. Entre estas relaciones se encuentran desigualdades entre las clases que deberían ser transformadas hacia una dirección de justicia, donde se cumpla la igualdad de oportunidades. Por tanto, se trata de un fin ético.
Debido a este fin, el positivismo no tiene cabida por poseer una orientación reduccionista, ignorando compromisos políticos y poniendo la educación a disposición de quien la quiera contratar.
El paradigma interpretativo también es criticado por conservador; no permite ver la realidad  a la luz de la crítica social.
Promueve la coordinación entre principios ideológicos y autorreflexión, incluyendo conocimiento y procedimientos científicos.
No existe el conocimiento científico neutral pues la ciencia no lo es. Tener un mayor conocimiento es el camino para alcanzar la transformación social.
Debido a la inclinación hacia la clase dominante, hay que captar la didáctica como la enseñanza en toda su amplitud y aplicarla a los colectivos oprimidos como una acción inmersa en la realidad social. Esta transformación se convierte en una conclusión ni tecnológica ni personal, sino colectiva.
Por ello, este paradigma cuestiona la neutralidad investigadora y educativa porque cualquier decisión tiene una motivación ideológica de valores.
Las acciones educativas tienen una naturaleza social ni sólo tecnológica (objetivista) ni sólo práctica (subjetivista).
El profesor es un generador de su propia teoría, conocimiento y actitudes orientadas a la sociedad. 
En cuanto a la investigación educativa, ha de ir más allá del conocimiento científico hacia una sociedad más justa. Desarrolla procesos de investigación-acción basados en la implicación de padres, profesores, discentes, etc. Se centra en temáticas que pasan desapercibidas: estereotipos, desigualdades, creencias o discriminación. Se pretende la participación del investigador como precursor de la dinámica (no incompatibilidad con recursos cuantitativos).

Debilidades y Fortalezas:
Algunos autores no expresan claramente la división entre paradigma interpretativo y el sociocrítico.
Sólo añade al paradigma interpretativo componente ideológico a la finalidad de la investigación, las relaciones sujeto-objeto y al papel de los valores.
Ha generado una teoría muy rica pero difícil de realizar. 
El sociocrítico no desecha nada del paradigma interpretativo por lo que su estructura se fundamente en un núcleo interpretativo dentro de una corteza ideológica-política. Aun así el núcleo del interpretativo no es idéntico al núcleo del sociocrítico.    


Paradigma postmoderno:  

En primer lugar, hacer una distinción terminológica en tanto al concepto de postmodernidad, postmodernismo y su propia filosofía. El postmodernismo se trata de la condición social contemporánea  influida por fuertes tendencias económicas, sociales o tecnológicas; el postmodernismo es el estilo de la posmodernidad intencionadamente en las tendencias dichas anteriormente. El pensamiento o filosofía posmoderna  es el fundamento de las ideas que defiende este movimiento.   

Dicho esto, El nacimiento del postmodernismo se cuestiona cual ha sido el alcance de los análisis críticos como transformador de los problemas educativos. Como premisa principal nos encontramos con un cambio de sociedad, lo que implica una mirada hacia otros movimientos sociales como género, etnia, minorías, marginación, etc. Algunos lo relacionen con el resurgir del romanticismo en contacto con las ideologías totalitarias e irracionales.

Para comprender las características de este enfoque es necesario saber los pilares básicos de la sociedad en la que se asienta:
Nos encontramos con una pérdida de racionalidad sobre todo en la ciencia y en la moral. Esto se debe a que la verdad, la realidad y la razón son construcciones sociales relativas, por lo que se funda un conocimiento debilitado.
Se percibe una pérdida de fe en el progreso y en la utopía. La historia se entiende como un continuo ir y devenir de errores y satisfacciones donde el mundo está condenado al fracaso. Lo que sobrevive en el mundo es lo que continuamente se adapta, una y otra vez. También es importante el concepto de fin de la historia, como algo relativo.
Se impone el pragmatismo como un pensamiento básico de satisfacción instantánea y reflejada en la realidad cotidiana y local. Esto incluye un carácter artificial del mundo que tiene que vivir alrededor de una tecnología que nos vuelve cínicos.
(Aquí me gustaría incluir la introducción a una canción del Chojín, Esclavos del destino:
La tecnología que proporciona abundancia nos ha dejado en la indigencia, nuestra ciencia nos ha hecho cínicos, nuestra inteligencia duros y vacíos, hemos empezado a pensar pero hemos dejado de sentir).  
La sociedad es una gran aldea multicultural que debe mirarse desde los ojos del relativismo cultural sin caer en el etnocentrismo y en la universalidad.  Confrontan diferentes grupos que pueden reivindicar su legitimidad frente a las grandes potencias que gobiernan el mundo. Esta homogenización se mezcla con el resurgir de pueblos, localización que da lugar a la difusión de la propia identidad colectiva de cada grupo, por minoritario que sea (nacionalismo, entre otros).

El paradigma postmoderno surgió como una oposición a la modernidad, cuyos principios ya no valen y la ciencia se abre a nuevas formas de conocimiento conforme a todos los cambios que se estaban produciendo. Se puede entender por postmodernidad a la mentalidad de diferencia comunitaria y, por postmodernismo la circunstancia y el estilo de vida.
Este derecho a la diferencia colectiva tiene base en la diversidad y la singularidad de las distintas posiciones críticas. Además, nos topamos con el carácter mecánico de la lógica instrumental que domina la teoría y la práctica.
Se desarrolla teniendo en cuenta: el origen de la razón, la Ilustración, como recurso humano para concretar la función social de la escuela; la frustración reflejada en los acontecimiento bélicos y conflictivos; y, por último, al conciencia adormilada de una modernidad asentada en la racionalidad instrumental y la cultura científica.  

Sus características principales, entre las que destacamos su estructura no muy uniforme y poco consistente teóricamente, son:
La realidad social no se ajusta del todo a la postura crítica, por lo que es preciso desarrollar nuevas ideas.
El devenir humano es no lineal, irregular y discontinuo por lo que los esquemas creacionistas y evolucionistas no tienen cabida aquí.
Las orientaciones y el interés deben enfocarse a nuevas perspectivas y debe ser diferente para cada una de ellas.

Las dimensiones postmodernas que influyen más en la educación y en la enseñanza la llamaremos ‘’paradojas’’ del contexto de cambio:
-          Economías  flexibles: la aparición de nuevos mercados y sistemas productivos, el conocimiento como productos primordiales, nuevas cualidades para el mundo laboral, aprendizaje autónomo y cooperativo, primacía del libre mercado, lógica de la racionalidad instrumental, etc.
-          Paradoja de la globalización: el proceso de glocalización, cambio docente centrado en su ego y su conocimiento, etc.
-          Final de las certezas: pérdida de confianza en las creencias universalizadoras y omnicomprensivas (marxismo, socialismo, capitalismo), el día a día como referencia, currículo basado en el saber discutible, etc. El profesor debe ayudar a los docentes los procesos de autocomprensión basados en su vida y trabajo.
-          Mosaico móvil: tipo de organización flexible y adaptativa continuamente, oposición a las organizaciones jerarquizadas o compartimentadas, aclara visiones o modelos mentales,  necesidad de la escuela a adoptar estructuras flexibles centradas en la responsabilidad, etc.
-          Yo ilimitado: el yo carece de singularidad, la sociedad promueve el narcisismo mediante la burocracia, la velocidad vertiginosa de los cambios, los cambios en los modelos de familia, etc.


Todo ello supone que las identidades pierdan raíces de estabilidad por el debilitamiento del parentesco y por los sistemas diversos de creencias morales. Por otra parte, otras identidades se refuerzan por el uso de las tecnologías.


Ventajas y Desventajas:  
 Desde el punto positivo, es una perspectiva abierta a los nuevos modelos de vida y a las nuevas situaciones complejas.
Por otra parte, se produce una insatisfacción generalizada por la ausencia de nortes. Falta un desarrollo de la dimensión explicativa y de las pautas para avanzar más allá de la postmodernidad. Es una perspectiva teocéntrica al profundizar en las desigualdades entre países y clases. Y por último, crea disparates como el fin de la historia.