miércoles, 26 de diciembre de 2012

Matilda.  



Hace un par de días viendo la televisión empezó una película que recordaba haber visto de pequeña por lo menos diez veces. Ahora que la vi de nuevo, me di cuenta de muchísimos más detalles y sobre todo desde el punto de vista didáctico, que es el que nos interesa. 
Matilda es una niña despreciada por los padres, cuya únicas preocupaciones eran ver cualquier basura televisiva, estafar y vivir de su imagen de familia acomodada. Desde pequeña, al no ser atendida debidamente por sus padres, buscaba la manera de aprender fuera de su casa, ya que era muy inteligente. Va mucho a la biblioteca para leer a pesar de tu corta edad; su padre, en contra de esto y le obliga a hacer las cosas que hacían el resto de su familia, aficiones que para Matilda no servían para mucho y no lograba atenuar sus ganas de aprender. Su padre, vendedor de coches (o más bien estafador) conoce a la directora de un colegio y a partir de este momento Matilda comienza a descubrir sus dones. 
Como nos encontramos en una escuela, diremos que la educación es formal, ya que está reglada dentro de ámbito educativo, se trabaja bajo un esquema y tiene unos patrones regulares. En esta escuela podemos analizar dos tipos de profesores y dos modelos de enseñanza- aprendizaje respectivamente. En primer lugar,  la señorita Honey, una adorable profesora que ameniza sus clases para que los discentes puedan aprender de una forma más efectiva. Su enseñanza se basa en la motivación, ya que su tono de voz en amable y les incita a participar en clase. Todos los niños participan casi por igual, teniendo una comunicación bidireccional en la mayoría de los casos. Los recursos que utiliza la señorita Honey son, además de la típica pizarra y su conocimiento, dibujos en las paredes o murales llenos de colores que ayudan a los niños a aprender más fácilmente de una manera divertida. La metodología es diversa pero podemos destacar las clases de matemáticas donde la profesora dice unad cifras para multiplicar y los alumnos responden al unísono. El contenido es variado, desde clases de matemáticas a otras asignaturas que imparte el centro docente en función del curso. El perfil del formador corresponde con una persona buena, cariñosa y que trata a todos por igual. Como dice la película: '' la señorita Honey amaba a los niños por el hecho de ser niños''. Teniendo en cuenta esto, el modelo que utiliza esta es Humanista porque tiende a valorar a las personas por encima de lo demás, pero sin dejar de lado los conocimientos que se dan desde el cariño, la paciencia y la dedicación.  
Por otro lado, está la malvada Srta. Trunchbull, la directora de la escuela. Aunque esta no imparte clases obligatoriamente, es la encargada de supervisar las clases de los profesores, incluso las de la señorita Honey. Su principal función es transmitir valores, negativos en mi opinión, para tener el poder sobre cualquier individuo que se le acerca. A pesar de todo el valor que aparentemente tiene es capaz de asustarse de cualquier gato negro, porque es muy supersticiosa. Podemos decir que su modelo es conductista ya que lo que más transmite son valores como el menosprecio a los niños por el hecho de serlo, el respeto a la autoridad, la subordinación y la falta de criterio propio (cabe decir que odia a los niños). Los recursos que utiliza para alcanza la conducta deseada para los discentes es su lenguaje y su apariencia: utiliza un uniforme con matices militares y una fusta que nunca utiliza. Aunque llega a lanzar por los pelos a los niños, castigo físico indudablemente. También usa el axficiadero: un metro cuadrado cerrado con clavos y cristales por las paredes donde encierra a los niños durante horas. No podemos olvidar de la humillación pública que llegan a sufrir los alumnos; como ejemplo tomamos el caso de un niño que se comió una porción de tarta de la directora y esta le obligó a comerse una tarta entera delante de todos sus compañeros. La metodología tiene como fin conseguir los objetivos propuestos: dar una escala inferior a los alumnos en relación con la directora Trunchbull y la evaluación es constante, tanto de los profesores como de los alumnos. 
Por último, hubicamos a los padres de Matilda dentro del modelo academicista, ya que no toman en cuenta ni la edad de su hija ni sus necesidades. Ya que es educación padre-hijo la educación es informal. Lo que impera es la autoridad de los padres, que no tienen en cuenta para nada a su hija y lo que ellos consideran lo mejor es lo que transmiten para que su hija se eduque con los mismos valores frente a la vida. Le intentan transmitir unos valores y unos conocimientos a la fuerza, como la importancia de ver la televisión o engañar a los demás. 

Del tráiler de arriba me quedo con esto: 
''Yo soy listo y tu tonta, yo soy grande y tu pequeña, yo tengo razón y tu no''. Es una frase que me recuerda a lo típico que un padre te responde cuando le preguntas por que ha tomado una decisión: '' porque lo digo yo''. Estamos acostumbrados desde pequeños a que nos digan las cosas y creérnosla sin preguntar, sin saber el trasfondo y la mayoria de nuestros padres son los primeros que han apoyado este hecho. Aquí vemos la importancia de no tratar a los niños como simples ''proyectos de persona'' sino como personas que son, que quieren saber, conocer y aprender. Todos los niños no van a ser como Matilda, llena de ganas de aprender cualquier cosa pero está claro que los mayores somos su ejemplo, su modelo a seguir, y si somos capaces de transmitirles todo el entusiasmo y la motivación que pone la señorita Honey, quizás estaremos creando adultos más conscientes con la realidad social y autosuficientes en su vida diaria.

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